La madera exterior en invierno.

La madera es un material higroscópico, lo que significa que absorbe y cede humedad al ambiente según las condiciones en las que se encuentra. 

En verano, cuando el aire es más cálido y húmedo, la madera absorbe humedad y se expande. 

En invierno, cuando el aire es más frío y seco, la madera cede humedad y se contrae.

Estas diferencias en el comportamiento de la madera exterior en invierno pueden provocar los siguientes problemas:

• Contracciones y grietas: La contracción de la madera puede provocar grietas en la superficie, especialmente en las juntas y esquinas.
• Hinchazón y deformaciones: La expansión de la madera puede provocar que se hinche y se deforme, lo que puede afectar a su aspecto y funcionalidad.
• Ataques por hongos y bacterias: La madera mojada es más susceptible a los ataques por hongos y bacterias, que pueden causar pudrición y otros daños.

Para cuidar mejor la madera exterior en invierno, es importante tomar las siguientes medidas:

• Limpieza: Antes de aplicar cualquier tratamiento, es importante limpiar la madera para eliminar la suciedad, el polvo y los residuos de pintura o barniz antiguos.
• Protección: Es importante aplicar un tratamiento protector a la madera para evitar que absorba humedad y se deteriore.

En concreto, para la situación de Cataluña, España, las siguientes medidas pueden ser especialmente útiles:

• Elegir maderas adecuadas: Algunas maderas, como el roble, el iroko o el cedro, son más resistentes a las condiciones climáticas adversas que otras.
• Aplicar tratamientos específicos: Existen tratamientos protectores específicos para las condiciones climáticas de Cataluña,España.
• Mantenimiento regular: Es importante revisar la madera exterior regularmente para detectar cualquier daño y aplicar los tratamientos necesarios para su mantenimiento.

Siguiendo estas sencillas recomendaciones, podemos ayudar a que la madera exterior dure muchos años en buen estado.